El crédito
Un crédito no es más que una cantidad de dinero que se le otorga a una persona o incluso a un banco.
Un crédito no es más que una cantidad de dinero que se le otorga a una persona o incluso a un banco.
Este término previene del latín creditum, que significa "cosa confiada".
Otro término con el que se suele confundir y que existen ciertas diferencias es con los préstamos. Por un lado, con respecto al préstamo es la institución, es decir, el banco quien ofrece y pone a disposición de un cliente una cantidad fija de dinero, la cual el cliente tiene que devolver en el tiempo que se fije de antemano y con unos intereses. Este contrato se realiza a medio o largo plazo y se amortiza en cuotas que pueden ser de tipo mensual, trimestral, semestral o anual. En cambio, con los créditos, es el banco quien ofrece al cliente una cuenta de crédito, de la que el cliente podrá extraer lo que necesite, pero eso sí, se fija una cantidad máxima determinada en el contrato, de la que no se puede sobrepasar. Tanto en un caso como en otro, el banco obtiene las ganancias correspondientes de los intereses que derivan del contrato y, el acreedor, es decir, quién concede el crédito puede exigir el cobro del dinero en el tiempo que se haya fijado anteriormente e incluso de no haberse cumplido este puede tomar las medidas necesarias por el incumplimiento del contrato y de los límites cesados con anterioridad derivando en una demanda o posteriormente en un juicio.
Existen multitud de créditos según la clasificación que se tenga en cuenta: según su origen nos encontramos con el crédito bancario, crédito hipotecario y crédito contra emisiones de deuda pública; si nos centramos en la función del destino hallamos crédito comercial y crédito de consumo y por último, la duración de dichos contratos determinarán si el proceso concluye en medio o corto plazo o si se prolonga en largo.
Aunque en 1914 la empresa Western Unión crea una tarjeta de crédito para sus clientes, la primera tarjeta de crédito que se asemeja a las de hoy en día surgió en 1949. Esta tarjeta posibilitaba la compra en un amplio abanico de establecimientos sin tener que tener una tarjeta por cada uno de ellos (como pasaba anteriormente).
Si nos centramos en España, la primera tarjeta se emitió en 1978 (el crédito anteriormente ya funcionaba en nuestro país), y fue Carlos Donis de León el banquero que importó la idea y posteriormente fue emitida por el Banco de Bilbao.
Son muchas las personas que recurren a estas tarjetas puesto que le facilitan la labor que quieren llevar a cabo y, España es el segundo país con mayor utilidad en ellas estando por detrás de Reino Unido.
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